En los últimos tiempos la Historia, tal y como se estudia y transmite
tradicionalmente a través de escuelas y enciclopedistas, ha sido
cuestionada por favorecer unos hechos en detrimento de otros debido a
los intereses políticos del momento. Historiadores revisionistas de una y
otra época han aparecido para restablecer nuevos puntos de vista que
habían quedado ocultos por la versión oficial de la misma. Mi intención
aquí es poner de relieve un hecho que usualmente ha pasado desapercibido
por los historiadores de renombre y que hizo confluir los más
importantes movimientos políticos y artísticos de la Europa de la
primera mitad del siglo XX: la influencia definitiva del Gorro Mágico en
algunos momentos cruciales para el arte y la historia. Es bien sabido
cómo arte e historia se entrelazan e influyen mutuamente el uno en el
otro, y tenemos noticias de que el gorro influenció en la política, las
corrientes artísticas y el impulso de las vanguardias en la época de
entreguerras.
Hay noticias de que el gorro estuvo
implicado y sirvió como estandarte en las revoluciones de 1830 y 1848:
Arthur Rimbaud, al parecer, fue retratado en un esbozo portando una
prenda en la cabeza durante su estancia en la comuna, prenda que algunos
académicos identificaron como el Gorro Mágico. También estuvo presente,
según algunos historiadores, en la unificación de Italia y Alemania y
otros movimientos de corte nacionalista y romántico. De estos hechos,
sin embargo, no hay pruebas concluyentes. De lo que sí hubo pruebas
fehacientes es de su participación en el asesinato del archiduque Franz
Ferdinand en 1914, desencadenante, como todo el mundo sabe, de la I
Guerra Mundial. Al parecer, el joven asesino Gavrilo Princip arrojó un
gorro antes de disparar sobre el archiduque; este gorro se ha
identificado positivamente como el Gorro Mágico. La organización
terrorista Mano Negra lo usaba como distintivo de sus causas.
El
gorro ha sido, pues, relacionado habitualmente con causas
revolucionarias, anti-monárquicas y anti-imperialistas, pero, ¿qué hay
de su influencia definitiva en las corrientes artísticas de vanguardia
que desembocaron en el concepto de arte del siglo XX? Si dibujamos una
línea en el tiempo buscando los orígenes de la vanguardia, podemos
afirmar, sin duda, que una de las mayores influencias de la vanguardia
se originó con el movimiento romántico, a finales del siglo XVIII. Es
sabido el gran interés que generaron las distintas revoluciones a lo
largo y ancho del mundo a poetas como William Blake, Shelley y Byron, y
cómo apoyaron con sus versos las mismas. La presencia del Gorro Mágico
es certera para algunos historiadores en estos lugares. Como ya se ha
dicho, se ha situado al gorro en las principales revoluciones de Europa
del siglo XIX y en la Comuna de París. Hoy día, además, es seguro su
recorrido por la Europa revolucionaria y vanguardista durante principios
del siglo siguiente.
El rastro del gorro se vuelve a
encontrar en la casa parisina de Gertrude Stein. El número 27 de la Rue
de Fleurus se llena de pinturas y artistas que charlan y cambian
impresiones sobre arte y literatura. El gorro también está allí. Sobre
una desvencijada silla de madera, Stein insiste en que el gorro
presencie los debates de sus amigos. El crítico de arte Stanley
O’Connor cuenta cómo un día un joven Picasso percibe la presencia del
gorro al otro lado de la habitación y, tras preguntarle a Stein por su
historia, le pide permiso para estudiar su geometría y proporciones: el
genial Picasso ha tenido una idea. Desde el estudio de proporciones en
el Renacimiento, nunca ha habido una revolución igual. Picasso decide
que el mundo moderno es demasiado complejo para ser medido únicamente a
escala humana. El Gorro Mágico ofrece un modelo mucho más interesante.
Pasamos del hombre de Vetrubio de Leonardo da Vinci a la estructura
geométrica del Gorro.
Aunque otros historiadores (véase
como ilustración de esto algunas notas no publicadas del profesor
Heinrich E. Hofes, Catedrático de Estudios Indoeuropeos de la
Universidad Humboldt de Berlín) ponen de manifiesto la perfecta
circularidad del Gorro, razón por la cual estuvo presente en rituales y
batallas de la época precristiana, el joven Picasso tiene una visión
totalmente distinta: el Gorro debe ser estudiado por sus rasgos
angulosos y sus distintas perspectivas. Una vez en su estudio, se dedica
a estudiar la perspectiva incluyendo todos los puntos de vista: ha
nacido el cubismo.
Una vez
experimentado este descubrimiento, Picasso comenta los resultados en una
velada en la casa de Stein. Tanto Stein como Guillaume Apollinaire,
atentos contertulios en estas veladas, se empapan de la teoría cubista y
proceden a aplicarla en literatura. La biógrafo de Stein, Martha
Pebbles, afirma que el texto original de su archiconocida poesía no era
“a rose is a rose is a rose”, sino “a hat is a hat is a hat”. Al
parecer, la escritora lo cambió con el afán de darle un toque menos
prosaico y dialogar con los tópicos tradicionales de la literatura.
Guillaume Apollinaire, por su parte, empezó a desarrollar sus famosos
Caligramas a partir de esta idea. Se dice que desarrolló varios
caligramas en la forma de un sombrero, en honor a la inapreciable fuente
de inspiración que proporcionó éste. Sin embargo, terminó
destruyéndolos o regalándolos a desconocidos que conocía en sus juergas
nocturnas, y hoy en día no existe ninguno publicado. El profesor Sontran
Kohl lleva años viajando por toda Europa en busca de los manuscritos
perdidos de estos caligramas. Sus últimas investigaciones le han llevado
a la madrileña plaza de Vázquez de Mella, donde al parecer un sin techo
apodado Puñalón podría poseer el último manuscrito existente. El
profesor experimentó la rara y poderosa influencia del gorro cuando el
susodicho dibujó delante de sus ojos un extraño boceto basado en formas
geométricas, presumiblemente influencia de la charla que el antepasado
del sin techo mantuvo con el poeta, y que éste legó como bien preciado a
sus descendientes. El profesor Kohl escribió un artículo que relaciona
este conocimiento casi arcano de la perspectiva con el concepto
cosmo-agónico de H.P. Lovecraft, pero aún está por demostrar cómo ha
podido llegar la influencia del gorro hasta el escritor americano.
(…)
Habíamos dejado al Gorro Mágico en su estancia en París en las primeras
décadas del siglo XX. Es bien conocida la influencia que tuvo
Apollinaire en la formación del concepto y el grupo del surrealismo. El
poeta fue una referencia confesa del fundador del surrealismo André
Bretón. Hay referencias de que Apollinaire legó el gorro, regalo de
Gertrude Stein, a Bretón, y que éste estuvo presente en varios de los
eventos surrealistas organizados en cafés en sus inicios...
“De la influencia y los viajes del Gorro a comienzos del s.XX”, Enciclopedia del arte alternativa (pendiente
de publicación), Virtudes Romero. Extracto publicado en 1984 como
artículo en la revista de la Univerzita Karlova de Praga.
Notas actualizadas:
Hace algunos años tuve ocasión de conocer al profesor Kohl en una de
sus últimas visitas a la plaza Vázquez de Mella. Tenía interés, además
de en los manuscritos perdidos de Apollinaire y los bocetos de Puñalón,
en la extraña influencia que el gorro pudiese haber tenido sobre ellos y
en saber si era cierto lo que se contaba de que Panjin había llevado
ese mismo gorro tiempo atrás en el mismo lugar, y que en conmemoración
pedía a todo el mundo que el primer sábado de diciembre, día del
aniversario de la pérdida, se pusiesen un gorro al salir a la calle,
para encontrar la magia. Cuando se lo confirmé, el profesor se mostró
entusiasmado con la idea, y añadió que llevar un gorro con ese tiempo
debería ser una muestra de sensatez y buen gusto en todo el mundo. Acto
seguido se marchó sin mediar palabra.
Más
recientemente, se ha comentado en los mentideros de las universidades
europeas que el profesor ha perdido la pista de Puñalón, quien al
parecer embarcó a China hará algunos meses. El profesor no ha querido
hacer comentarios al respecto y afirma que sigue trabajando en su
investigación. No debe perderse de vista, sin embargo, de ser cierto el
hecho, los cambios que podría ejercer en la sociedad y mentalidad china
la influencia, lejana en el tiempo aunque aún perceptible, del Gorro.
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